Ginger Bread Houses, Martha’s Vineyard, MA
Amo el urbanismo americano. Aunque también coincido con Jane Jacobs y sus textos sobre las zonas suburviales; y la dictadura del automovil, con tejidos urbanos diseñados para las cuatro ruedas y no para nuestras piernas. Pero en Martha’s Vineyard, isla de Nueva Inglaterra, los hombres soñaron con crear una residencia de verano para algunas comunidades que encontraban aqui un lugar perfecto para poner en práctica durante su retiro estival, su sueño de convivenvia cristiana. Y construían humildes «casas de pan de gengibre», llamadas así como el típico dulce navideño americano -la maquetita de una casa hecha con galleta de gengibre-. Son características las casas verdaderas por su ornato, hecho con recortes de listones de maderas humildes. La distribución de las casas da poco lugar para la comodidad; son todo lo contrario. Pero el encanto de poder residir un fin de semana aquí es impagable. Y de hecho, para el que no conozca USA, este hulde lugar es el retiro con que sueñan las grandes ambiciones de américa, e incluso los grandes dirigentes.
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